5 diferencias entre divorcio y separación

las 5 diferencias básicas entre divorcio y separación
Una consulta habitual que nos hacen a los abogados de familia es sobre la diferencia entre la separación y el divorcio, y tenemos que decir que la principal diferencia es puramente psicológica, pues en la práctica, los efectos jurídicos son casi idénticos excepto en unas pocas diferencias que nombramos a continuación:
- 1. En la separación los cónyuges continúan siendo oficialmente marido y mujer, en el divorcio no.
- 2. En el divorcio los cónyuges pueden volver a casarse con otra persona, en la separación no.
- 3. La separación puede ser “de hecho” o judicial, el divorcio solo puede ser judicial.
- 4. La separación es una situación provisional, el divorcio es definitivo.
- 5. La separación tiene más trámites jurídicos y por tanto conlleva más gastos que el divorcio.
En el divorcio en cambio los cónyuges dejan de serlo definitivamente.
Suele ocurrir a menudo que una pareja se separa y posterga la decisión de divorciarse, hasta que alguno de los dos quiere casarse con otra persona y entonces tiene prisa por divorciarse. Hay situaciones incluso en las que ya hay fecha de boda prevista y hay que conseguir un divorcio del antiguo matrimonio a gran velocidad, con el consiguiente nerviosismo, por ello es importante tramitar el divorcio cuando se tenga claro que la separación es definitiva aunque no se tenga planes a corto o medio plazo de casarse de nuevo.
Una separación de hecho produce también efectos jurídicos, pero tiene la complicación añadida de que hay que probar esa separación si surge un problema, y no siempre es fácil.
Aquí viene el factor psicológico que mencionábamos antes. Es muy difícil tomar la decisión de romper un matrimonio para siempre, especialmente si los cónyuges llevan mucho tiempo juntos, así que la separación puede ser un buen paso intermedio para darse tiempo el uno al otro y reflexionar sobre el futuro de la relación.
Desde un punto de vista práctico la separación no tiene mucha razón de ser, pues lo único que hace es duplicar el procedimiento judicial, puesto que hay que separarse, y luego volver a juntarse o bien divorciarse. En cambio con el divorcio la situación es definitiva, y en el caso de que deseen volver a estar juntos, pueden volverse a casar.
Desde que se aprobó el divorcio en España en 1980, los cónyuges tenían que estar un mínimo de 2 años separados antes de proceder al divorcio. Era una normativa conservadora y proteccionista del matrimonio encaminada a que los cónyuges no tomaran decisiones en caliente, sin embargo con la última reforma del 2005, los cónyuges pueden optar por el divorcio directamente sin necesidad de pasar por ese estadio intermedio de separación.
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Por Oscar Vaello Monllau